viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº4345
Infonoroeste » Provinciales » 31 ago 2015

Estela Carllotto celebró la recuperación de la identidad de la nieta 117

La noticia se conoció tras el análisis genético que realizó la mujer. Se enteró el jueves que había nacido en cautiverio


Una mujer de 37 años confirmó por exámenes genéticos que es hija de un matrimonio desaparecido durante la última dictadura en Mendoza y nació en cautiverio, con lo cual se ha convertido en la nieta 117 que recupera su verdadera identidad.

Así lo informaron las Abuelas de Plaza de Mayo y precisaron que en julio pasado la mujer se realizó el estudio de ADN en forma voluntaria y el último jueves tuvo conocimiento que "es hija de Walter Hernán Domínguez y Gladys Cristina Castro" y "con beneplácito recibió la noticia".

Según constató la agencia DyN, los padres militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) y trabajaban -él de chofer de colectivo y ella en una panadería- hasta que el 9 de diciembre de 1977 fueron secuestrados por militares en la casa que ocupaban en Luzuriaga 84, Villa Marini, departamento de Godoy Cruz, Mendoza.

Por entonces, Walter tenía 22 años y Gladys, de 24, estaba embarazada de seis meses. "Desde entonces no se supo nada de ellos", dijo la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, en una conferencia a la que asistieron las dos abuelas de la mujer y un tío paterno.

"En 1994 el Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza envió a Abuelas una denuncia anónima que decía que apareció una niña en un hogar de una pareja mayor de un día para otro e inscripta como hija propia", puntualizó Carlotto.

Pese a aquel anticipo recién este año pudo llevarse a cabo el análisis del caso enla Comisión Nacionalsobrela Identidad(Conadi) y el examen en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que arrojó la identidad real de la mujer.

En agosto del año pasado, Ignacio Guido Montoya Carlotto, nieto de la presidenta de Abuelas tuvo conocimiento de su verdadera identidad y se convirtió en el número 114.

Las Abuelas estiman que aún existen unos 400 hijos de desaparecidos que fueron apropiados por represores o allegados a éstos durante la dictadura y todavía desconocen su verdadero origen familiar.

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