El 55 por ciento de los asentamientos o villas del país están en la provincia de Buenos Aires, en donde casi 400 mil familias viven en condiciones de emergencias y con problemas de acceso a las redes de agua potable, cloacas y energía eléctrica.

Así lo indica el nuevo relevamiento de la organización Techo, en la que se indica que en la actualidad uno de cada diez argentinos vive en un hábitat precario en los once territorios provinciales relevados (sólo Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Córdoba de manera completa), que cubren el 67 por ciento de la población del país.

De la comparación con el estudio de 2013 surge que la cantidad de asentamientos en el país relevado bajó un 3,57 por ciento, de 2.138 a 2.062, pero creció un 11,6 por ciento la población de familias que viven en esas áreas, al pasar de 533.110 a 594.970. Si a esto se suma los nuevos distritos analizados este año (San Miguel de Tucumán, Gran Resistencia y Gran Corrientes) da un total de 2.432 asentamientos en los once territorios, donde viven aproximadamente 650.685 familias.

Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires los números son diferentes: hace tres años había 1.046 villas en los que vivían 327.600 familias. En la actualidad el número se ubica en 1.352, mientras que al menos 397.705 familias viven en ellas.

Es decir, que si se utiliza la media nacional de 4,6 miembros por cada familia, según el informe, se estima que al menos 1.829.443 personas están en estas condiciones en la provincia. A nivel nacional, la cifra trepa a 2.993.151 personas en los distritos bajo análisis.

En cuanto al porcentaje de población que vive en asentamientos, los territorios más afectados son Chaco (20,5 por ciento), Misiones (18,1), y Santa Fe (16,1), mientras que en el otro extremo se encuentran Córdoba (2,4), Salta (7,8) y la provincia de Buenos Aires (11 por ciento). Esta última reúne, sin embargo, al 61,1 por ciento de las familias que habitan asentamientos. De hecho, la provincia que hoy gobierna María Eugenia Vidal fue objeto de numerosos desalojos durante 2016, en los que se desplazaron a más de 2 mil familias, pese a que la Ley de Acceso Justo al Hábitat plantea mecanismos para evitarlos, tal cual se desprende del trabajo del Observatorio del Conurbano Bonaerense de la Universidad Nacional de General Sarmiento (OCB-UNGS).

En relación a los servicios básicos en la provincia de Buenos Aires, el estudio detalla que en el 62,2 por ciento de los asentamientos informales no cuenta con acceso formal a la red de energía eléctrica, el 65,4 al de la red cloacal y la mitad no tiene acceso al agua corriente. Asimismo, en el 36,2 por ciento de estos lugares se bebe agua de pozo y simultáneamente el 65,4 por ciento elimina sus excretas a través de un pozo ciego sin cámara séptica, lo cual genera un riesgo sanitario alto.

De más está decir el problema con el gas que existen en estos sitios: el 95 por ciento cocina con garrafa.

Si bien la mayoría de los asentamientos están en el Gran Buenos aires, Techo relevó muchos de ellos en el interior. Para el caso, Mar del Plata y Bahía Blanca cuentan con 23, San Nicolás con 18, Junín 16, Pergamino 14, Tandil 3 mientras Necochea, Azul y Olavarría con 2.

En tanto, un dato relevante del estudio da cuenta de la falta de acción local en temas de política habitacional: más de la mitad de los asentamientos del país (el 53,6 por ciento) tienen entre 8 y 100 familias; mientras que los barrios conformados por hasta 500 familias representan el 35,2 por ciento.