El ministro de Seguridad de la Provincia, Cristian Ritondo, estuvo este miércoles en Junín junto al intendente Pablo Petrecca donde dio detalles sobre el megaoperativo que realizaron las fuerzas de seguridad para desbaratar una banda que contaba con un monto global entre dinero en efectivo, autos y bienes de más de 200 millones de pesos.

Es que la Policía de la provincia de Buenos Aires desbarató una superbanda con roles predeterminados, que incluía todo un clan familiar, que secuestraban y engañaban a la gente con pequeños robos con el famoso cuento del tío, pero el dinero acumulado lo blanqueaban en la compraventa de autos de alta gama con la cual cometían las grandes estafas.

Con la recaudación de los ilícitos mantenían una vida ostentosa de viajes, lujos y placeres e incluso tenían planeado ir todos al próximo mundial.  Hay 10 detenidos, millones de pesos en distinta moneda secuestrados y cientos de autos.

Cabe destacar que la asociación ilícita con base en la localidad de Junín, pocas veces vista, destinada a la defraudación a gran escala.

En conferencia de prensa en Junín, junto a los jefes policiales y el intendente local Pablo Petrecca, el Ministro de Seguridad bonaerense, Christian Ritondo, manifestó que lo realizado “es trabajo que no es de un día para el otro, es un trabajo de hormiga, día a día, construyendo la prueba”.

“La detención de esta asociación ilícita, con lavado de activos construye la idea de que se puede luchar contra la delincuencia”, agregó el funcionario, quien además contrastó con la gestión de Daniel Scioli al indicar que “hoy no hay impunidad, no hay plata que compre voluntades (en referencia a efectivos y jefes policiales anteriores en la provincia)hoy la lucha que dan los buenos policías da resultados”.

Además, agredeció al jefe de policía de Junín (Walter Feletto) y a los efectivos por el resultado del operativo y anunció que “la investigación sigue y siguen sus ramificaciones”.

Aunque Ritondo prefirió conservar información que está en manos de la justicia, se confirmó que la operación global rondó los 10 detenidos, arriba de los 200 millones de pesos, más de 80.000 horas de escuchar telefónicas y una duración de la investigación de casi un año de duración.