La provincia de Buenos Aires comandada por María Eugenia Vidal, al igual que Ciudad por Horacio Rodríguez Larreta todavía no definieron si se sumarán al bono de fin de año que la Casa Rosada pagará a los empleados de la administración nacional, en una jugada de Mauricio Macri que le puso presión extra a gobernadores aliados y de la oposición.

El gobierno de Macri hizo trascender que unos 200 mil empleados de la administración pública nacional cobrarán un plus de hasta 6 mil pesos, en línea con el de 5 mil pesos que se anunció para las empresas privadas y cuya letra chica todavía no se conoce. El bono para los estatales también será en cuotas.

La noticia provocó cierta preocupación en las administraciones provinciales (donde ya había impactado el acuerdo del sector privado), especialmente en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires que suelen moverse en línea con las decisiones de la Rosada aunque en este caso el panorama es más complicado.

"Nosotros dimos un mayor aumento salarial que Nación", recordaron a LPO fuentes del gobierno porteño. "Nada confirmado por ahora" sobre el bono, agregaron.

El caso de la provincia de Buenos Aires es similar. El gobierno de Vidal acordó el mes pasado con UPCN y Fegeppba un aumento salarial extra del 11 por ciento, que se sumó al 19 por ciento acordado en la primera parte del año. Y les ofreció reabrir la paritaria en diciembre para discutir el desfasaje con la inflación. Es por eso que ante la consulta de LPO sobre el bono la respuesta fue que dependerá de esa negociación.

Fuentes del gobierno bonaerense dijeron al portal LPO además que tienen que analizar sus números y aunque reconocen que es una buena medida no saben si están en condiciones de pagarlo. Recién en diciembre tendrán un panorama más claro, dijeron desde el entorno de Vidal. Y agregaron que sobre todo sería bueno para descomprimir con los docentes, con los que Vidal no logró un acuerdo este año y fue entregando aumentos de forma unilateral, lo que se estima que seguirá sucediendo hasta 2019.

El bono de fin de año es una complicación extra para las administraciones provinciales del PRO (especialmente para el gobierno de Vidal más complicado financieramente), en un contexto en el que deberán hacerse cargo el año que viene del grueso del ajuste que Nación trasladará a los distritos.