El intendente de Lincoln, Salvador Serenal, aclaró que la ordenanza que regula el uso de agroquímicos no ha sido vetada en su totalidad. Es que, de los 32 artículos que la conforman, solamente han sido rechazados, de forma parcial, tres (el 15, el 16 y el 17). “Fueron vetados porque su aplicación es imposible, por lo cual se promueve que, nuevamente, sean debatidos para poder llegar a un acuerdo por consenso”, dijo al respecto.

Lo que plantea el Ejecutivo, con respecto a la distancia en metros que debe existir entre la zona urbana y el lugar donde sea aplicado el agroquímico, es la necesidad de establecer un parámetro progresivo año tras año. “De aplicar la ordenanza con las modificaciones planteadas desde la oposición, tendrían que cerrarse unos 500 comercios en Lincoln, lo cual sería caótico”, reflexionó. Y concluyó: “Es por eso que hay cuestiones que merecen ser debatidas. Hay que escucharse, ser sinceros y no hacer politiquería”.

“Hay que tener en cuenta que es un tema muy delicado y, a la vez, muy complejo de ir resolviendo. Es un tema que se tiene que dar en un período de prolongación en el tiempo, más que nada para poder controlar y aplicar la normativa”, afirmó. Y, a continuación, remarcó: “Nosotros presentamos esta ordenanza para abrir el debate sobre el uso de agroquímicos, debate que, durante los doce años del Gobierno de la gestión anterior, nunca se presentó. Nunca se preocupó o tuvo interés por estas cuestiones, que son temas de salud”.

Desde el Municipio resaltaron que, desde el inicio de la actual gestión, se está trabajando junto a la Red Nacional de Municipios y Comunidades que Fomentan la Agroecología. De hecho, Lincoln está adherido a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y es uno de los pocos Distritos a nivel nacional que integran este grupo, el cual había empezado a gestionar con muy pocas hectáreas, pero hoy son casi 3.000 las trabajadas de forma agroecológica.

Según estipulaba la Ordenanza que había salido aprobada desde el Concejo, se habían autorizado las fumigaciones terrestres a unos “300 metros de la zona urbana y a unos 500 metros para las áreas; extendiéndose estas zonas 100 metros por año hasta llegar a los 1.000 metros”. Con el veto, todos estos parámetros quedaron sin efecto