Los hechos de inseguridad que se vienen suscitando en la ciudad de Chacabuco no sólo alarman a nuestros vecinos, sino que su notable crecimiento demuestra claramente el estado de desorientación e ineficacia por parte del municipio para encontrar una respuesta que los revierta.

Asaltos, lesiones con arma blanca, entraderas, arrebatos y hurtos se han vuelto algo cotidiano y ya no sorprenden a nadie en una ciudad que cada vez se parece más a los distritos del conurbano. En los medios digitales, radiales o televisivos locales las notas policiales se vuelven algo corriente, mientras el secretario Marcelo Loyola no para de sacarse selfies promocionando su proyecto de seguridad, que a esta altura presenta síntomas de un visible y rotundo fracaso.

El terrible asesinato del vecino Héctor Marissi, encontrado maniatado, golpeado y sin vida en un galpón de su propiedad, grafican el estado de indefensión al que nos empuja el municipio, más preocupado por maquillar la situación mostrando a Loyola en los medios, tomándose fotos mientras los ciudadanos corren peligro. Y el intendente Aiola, quien parece no preocuparse porque cuenta con seguridad personal, se muestra incapaz de darle un golpe de timón a esta crítica situación que ya se torna insostenible.

Se continúan engrosando las estadísticas de inseguridad mientras que en la municipalidad no acusan recibo. El Consejo del Partido Justicialista insta al intendente a que tome cartas en el asunto y le aclare a Loyola que la situación es grave, que hay que dejar de mostrarse en los medios promocionándose como estrellas de la farándula  y ponerse a trabajar en búsqueda del bien común. Para que de una vez por todas en nuestra ciudad podamos dormir tranquilos, sin tener que seguir lamentando pérdidas humanas ni materiales.