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Infonoroeste » Regionales » 29 Sep 2017

Editorial

El boom de las amenazas de bomba y un provecho a lo Durán Barba

Ayer, Junín se convirtió en el foco de atención nacional por la detención de un concejal del massismo y la mujer de un hombre cercanos al ex intendente Mario Meoni.


Por:
Redacción

(Redacción-Infonoroeste). Fue un “escándalo inducido” que detuvo la atención de todo un país al comprobarse que una línea de teléfono cuya titularidad responde al edil Claudio Martínez (un aparato en poder de su hijo de 13 años fue la herramienta utilizada para una de las amenazas de bomba a uno de los colegios) estaba vinculada a los hechos.

Desde hace décadas en la ciudad de Junín como en todo el país reinó “hacerse la rata”, uso habitual de los menores que pretenden no asistir a clase y esperar la finalización de la hora curricular para volver a sus hogares.  Ese propósito nunca tuvo otra intención que la de no participar ese día en clases. En la actualidad, los tiempos fueron barriendo alguna que otra modalidad.  

Las amenazas de bomba falsas existieron siempre, solo que por estos tiempos electorales se ha convertido en una acción que tiene a un sector de la sociedad relacionándolo a un hecho político.

En un mes hubo casi mil llamados por amenazas de bomba en colegios de la provincia de Buenos Aires, y en especial, en la ciudad de Junín en particular 53 denuncias de llamados de amenazas de bomba registrados en el 911, el sistema de emergencias de la policía de la Provincia, según cifras oficiales a las que pudo acceder Infonoroeste.

El caso de Junín, que tuvo como protagonista a un concejal de 1 País, fue la vedette más esperada por el oficialismo para hacerla circular y trascender hasta en los medios y canales nacionales. Si bien el propio Claudio Martínez, prestó declaración y luego se retiró a sus tareas cotidianas, el puñal político que aprovechó el gobierno actual fue copiado casi a la perfección como si estuviera guionado por el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba.

El hecho ocurrió, fue real, se denunció, y la justicia ordenó el allanamiento en cuatro domicilios que figuraba en los registros de la empresa de telefonía celular. Uno de ellos era del concejal y presidente del bloque massista, Claudio Martínez. Otro pertenecía a la esposa de un puntero político del ex intendente Mario Meoni, el tercer allanamiento era una persona de apellido Gatti, donde no se encontraba nadie en el domicilio, y el último una dirección donde no existía ninguna propiedad, solo un terreno.

 

 

El caso es otro, y tiene que ver con el aprovechamiento político de la circunstancia. “El mismo día que María Eugenia Vidal venía a la ciudad explotó el caso de Claudio, sabiendo que ese teléfono no lo usaba y que casualmente se encargaron de difundir a velocidad extrema”, dijeron en off uno de los dirigentes renovadores de la ciudad.

Los pasos fueron respetados y con resultados óptimos. Primero se filtró la noticia alrededor de las 8:30 de la mañana, luego, cerca de las 10 AM, salió un comunicado oficial del Ministerio de Seguridad a cargo de Cristian Ritondo, sin dar nombres, nombres que trascendieron minutos después.

El provecho político no es penado legalmente, y el refrán dice que lo que no está prohibido está permitido, por lo que así lo supieron entender, y si hubiese pasado al revés, donde algún dirigente de Cambiemos hubiese estado involucrado en la más mínima sospecha, también los adversarios políticos se hubieran aprovechado de la situación.

 

Antecedentes

La historia más reciente muestra que en la ciudad, hace aproximadamente cinco años, ocurrió un hecho similar con un final fulminante. En aquel momento, el fiscal Federal Eduardo Varas, quien también atiende las causas actuales, estuvo a cargo de dos casos denunciados. Esos responsables de las líneas telefónicas tuvieron que pagar cerca de 4000 pesos en conceptos de gastos operativos que debieron realizar cuando se produjo la falsa amenaza de bomba. Y el saldo fue que dos alumnos fueron expulsados de sus colegios por el caso.

Para los nuevos casos aún no se pronostican consecuencias porque la justicia lo determinará a sus tiempos, pero quizás podría tener el mismo final, o solo quedarán registradas las denuncias y todo seguirá igual.

La campaña seguirá, octubre llegará y esta moda también pasará. Lo que se deberá debatir es hasta dónde pesan las propuestas y los proyectos políticos y hacia qué nuevo modelo electoralista vamos mutando.

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