Los dirigentes rurales nucleados en la Mesa de Enlace tardaron algunos días en digerir el cimbronazo que representó la aplicación de retenciones móviles sobre el sector después de la promesa de Mauricio Macri de no implementar el impuesto.

Las diferencias entre las cuatro entidades sobre el tema son históricas. Federación Agraria (FAA) desde siempre reclamó la segmentación de los derechos de exportación exceptuando a los pequeños y medianos productores del pago.

El presidente de la entidad federada, Omar Príncipe, reaccionó con furia tras conocerse la medida: "Se nos castiga a quienes generamos valor agregado y mano de obra y se nos sube impuestos para cumplir con el sector financiero", disparó.

"Ahora resulta que estamos pagando el costo, junto a los trabajadores, los jubilados y las Pymes industriales, de una fiesta que se armó para garantizar la renta financiera. Todo esto es para cumplir con el pago de los intereses del FMI", agregó Príncipe. Del mismo lado que FAA quedó Confederaciones Rurales (CRA). "Estamos en un país sin reglas, sin valores, sin conductas éticas y claramente sin confianza, porque el que traiciona la confianza una vez, la puede traicionar siempre", dijo Dardo Chiesa.

En tanto, la Sociedad Rural (SRA) y Coninagro, adoptaron una posición más amigable con la Casa Rosada, incluso aportándole algunos funcionarios como Luis Miguel Etchevehere y el economista Daniel Asseff que tuvo un paso fugaz por Agroindustria.

Este posicionamiento se hizo notar en el anuncio por las retenciones móviles mediante la cual el campo aportará unos u$s 2.600 millones extra al fisco, sumado a la quita de reintegros que tendrá un impacto de más de u$s 200 millones.

"El campo continuará una vez más, colaborando con toda iniciativa que apunte a proyectar a nuestra Nación definitivamente en el sendero del desarrollo", sostuvo el presidente de la SRA, Daniel Pelegrina, después del anuncio.

Por su lado, el titular de Coninagro, Carlos Iannizzotto, manifestó su "apoyo a la tarea conjunta para darle estabilidad al país y un achique del déficit del Estado, ejecutado con racionalidad y con el fin de favorecer al aparato productivo".