Jorge Fernández y Salvador Serenal nunca solicitaron licencia, aunque es sabido que se ausentaron en diferentes ocasiones. Esta irregularidad, reiterada por nuestros dos últimos intendentes, pone de manifiesto un común avasallamiento de la ley y del Concejo Deliberante.

Es deber del Departamento Ejecutivo solicitar licencia al Concejo en caso de ausencia mayor de 5 días, así lo establece la Ley Orgánica de las Municipalidades en su artículo 108 inciso 13. Y en su artículo 15, determina que al intendente lo reemplazará en forma interina el primer candidato a concejal de su lista.

De esta manera, Bernardo Cané, Eduardo Olaberria, Oscar Chevez y Patricia Galinelli deberían haber sido intendentes interinos. Sin embargo, las actitudes de Fernández y Serenal nunca se lo permitieron.

Al silencio de ellos, se le suma uno más preocupante aún, el de todo el Concejo Deliberante. Es lamentable ver el triste papel del cuerpo deliberativo frente al vapuleo de estos dos intendentes. El órgano que debería controlarlos y aceptarles sus licencias, lejos de eso, se deja vulnerar y se vuelve cómplice de esta reiterada violación a la ley.

Cuesta pensar que sean tan trabajadores. Más bien, si Fernández y Serenal no solicitaron licencia cada vez que se ausentaron por más de 5 días, tiendo a pensar que fue por cierta intranquilidad generada por sus propias conductas y el consecuente temor a dejar a otro ocupando su lugar, aunque sea por unos días.