En momentos como este, de profunda angustia, solo nos exige respeto al paciente y su familia, tender una mano solidaria, y un uso responsable de la información.

Invitamos a la comunidad en general a reflexionar sobre este hecho, que resulta desafortunado e involuntario. Nadie pretende contraer una enfermedad. Nos encontramos ante un flagelo global. Y este trabajador esencial, contrajo el virus lamentablemente cumpliendo con su deber.

Debemos saber, que pese a la intensidad de las restricciones que ha experimentado el país desde el 20 de Marzo del corriente año, nuestra ciudad no ha sufrido desabastecimiento de alimentos, y eso se lo debemos en gran medida a trabajadores como él, que han arriesgo y expuesto su salud, para cumplir con su medio de vida y también con un servicio a la comunidad. Seamos solidarios y empaticos.

Por otra parte, repudiamos fuertemente los hechos vandalicos y delictivos que atentaron contra los bienes de esta familia. Pedimos a las autoridades el máximo esfuerzo en el esclarecimiento, pero también en la prevención de hechos de esta naturaleza.

Así mismo, exhortamos a que se haga un uso responsable de la información. Entendemos que existe una necesidad sanitaria de individualización y aislamiento de aquellas personas que hayan tenido contacto estrecho con el infectado para evitar la propagación del virus; pero de ninguna forma podemos permitir que esa información sirva para estigmatizar o discriminar.

Por tales motivos, y habida cuenta que existe un consenso en este sentido con las restantes fuerzas políticas, proponemos trabajar sobre tres valores fundantes: Solidaridad, empatia y responsabilidad.

Les deseamos al trabajador pronta mejoría, y a su familia, a disposición que lo que podamos ser útiles.

Oscar Romero                                      Sebastian Riglos