Zafamos del descenso
Por Marcelo Elías
El acuerdo con los bonistas significa un alivio y descomprime una situación de extrema dificultad.
Se puede decir que es un buen acuerdo, que es un acuerdo regular o un mal acuerdo.
Seguro vale más, un mal acuerdo que un buen conflicto.
Es bueno que se haya impuestos los moderados, los más racionales, que según los dichos del presidente fueron Lavagna y Cristina.
¿Se puede decir que es bueno el resultado de una negociación que comenzó con nosotros ofreciendo 34 y los bonistas pidiendo 63, para terminar después de casi un año arreglando por 55?
¿Se puede decir que es bueno un acuerdo donde el gobierno resignó los planteos sobre las condiciones legales que consideraba innegociables?
Se llegó a un acuerdo posible.
Ahora debemos buscar acuerdos para dibujar un plan, una hoja de ruta, discutir y diseñar políticas públicas de largo plazo.
La primera condición sería eludir las agresiones gratuitas, las afirmaciones mentirosas y las promesas insostenibles.
Está claro que no se puede sostener, como cuando ofrecíamos 34, que estamos cuidando la plata de los jubilados, sin decir ahora que entregamos la plata de los jubilados. Para los dos supuestos es falso.
No se puede afirmar alegremente que “estamos pagando la deuda de Macri”, o que la economía del kirchnerismo era sustentable.
No se puede seguir ignorando que nuestros desequilibrios y déficit comenzaron por diferentes razones con el gobierno de Cristina, o si se quiere las híper de Alfonsín y Menem o el estallido de la convertibilidad.
O negar que en éste acuerdo se están renegociando miles de millones de los bonos emitidos en los acuerdos del 2005 y en el 2016 para levantar el default que dejo Cristina.
Tampoco es posible sostener políticas basadas en emisión y déficit que en el tiempo son insostenibles.
Entre las debilidades de hoy, que condicionan el mañana podemos señalar dos o tres datos significativos: el último informe sobre la evolución impositiva nos marca al impuesto PAIS como el que más subió; que con 8500 millones de dólares de superávit comercial las reservas del Banco Central cayeron 1500.
Si siguiéramos con el criterio del kirchnerismo podríamos decir que se han “fugado” más de 9000 millones.
Positivo, el reconocimiento al sector agroindustrial, por parte del gobierno, como actor principalísimo en cualquier proceso de desarrollo.
Positivo, el tono del ministro Guzmán, informando con sobriedad las ventajas del acuerdo, vencimientos diferidos y baja de la tasa de interés. Valoro el habernos salvado del descenso en vez de festejar el campeonato del mundo.
Positivo, que con matices los economistas ligados a Juntos por el Cambio, consideran un buen primer paso el cierre del acuerdo.
Vuelvo a la necesidad de acuerdos. Me animo a sugerir que la base podría nacer de una reunión del presidente con los ex presidentes.
En ese encuentro, a mi entender ineludible, estarían los dos actores más significativos e influyentes de la policía argentina, Cristina y Mauricio.
* Ex diputado provincial. Acción para el Desarrollo, Bragado