OPINION
La hermandad
*Por Marcelo Elías
En un paisaje caracterizado por la contaminación visual y sonora, pasan desapercibidos algunos hechos trascendentes de la política argentina.
Vicentín, la reforma judicial, las movilizaciones populares lo son, aunque no sean peronistas, la declaraciones incendiarias del presidente, los picos de inseguridad, las consecuencias de la cuarentena, el DNU sobre internet, telefonía y tv por cable, entre otros temas.
Con este marco se desarrolló un zoom, que puede marcar un tramo de nuestra historia, que protagonizaron el Partido Comunista Chino y el Partido Justicialista.
El Partido Comunista Chino fundado en 1921 llegó al poder y fundó la Republica Popular en 1949 luego de más de dos décadas de guerras y luchas que incluyeron la Larga Marcha, uno de sus grandes hitos históricos.
Se convirtio en el partido de estado.
Una organización híper estructurada, rígida, hermética que demostró una gran resiliencia en el plano de la ideología. Combinando un manejo político claramente autoritario con un modelo económico cuasi capitalista.
El Partido Justicialista nació como el Partido Único de la Revolución, luego se llamó Partido Peronista y por último Partido Justicialista, con una característica casi única, nació desde el estado.
Su vocación, su fortaleza política y social no alcanzaron para convertirse en el Partido Único y hoy no es ni un partido de gobierno.
A pesar de la verticalidad ejercida por el General nunca tuvo, ni de lejos como organización, las características del PCCH. Mucho menos a la muerte del gran conductor.
Estos dos protagonistas tan diferentes por su historia, organización, tamaño y capacidades conversaron sobre la adhesión de nuestro país al proyecto denominado la Ruta de la Seda, una herramienta central del expansionismo chino. Sumada a su híper actividad en el mar de China, el conflicto fronterizo con la India, entre otras tantas agresiones a sus vecinos y las batallas tecnológicas.
Esto agregado a la base espacial instalada en “territorio chino” patagónico y otras iniciativas nos pueden convertir en una pieza geopolítica más, que un socio comercial atractivo.
El PCCh ejerce en esta reunión su función como partido único haciendo uso de sus atribuciones no podemos decir lo mismo de nuestro Partido Justicialista, una organización débil en cuanto a representación territorial, política e institucional y sin funciones de estado.
Suena al menos disfuncional que el ex canciller Taina anuncie en esa reunión una decisión política trascendente mientras el silencio del canciller Solá hace pensar que no participa de tamaña decisión.
Lo sucedido tiene una explicación, el PJ, miembro menor, el más chico de la hermandad, habla en nombre de quien lleva adelante la relación estratégica con China, la Vicepresidente Kirchner, para quien, según se ve, el canciller sigue siendo Taiana.
*Ex diputado provincial. Acción para el Desarrollo (Bragado)