(INFONOROESTE) Las elecciones primarias para las legislativas de este año no serían el 8 de agosto sino el 12 de septiembre. Y en el caso de las generales, en vez del cuarto domingo de octubre se votará el segundo domingo del mes siguiente; es decir, el 14 de noviembre.Si bien parece mucho tiempo, está a la vuelta de la esquina. 

Claro, en el mapa social de la actualidad, atravesado por una pandemia mundial, pérdida de empleo, pobreza, inflación y recesión económica, las elecciones pasaron a un segundo o tercer plano. 

De todos modos, en el ambiente político ya se siente el “aroma” de la rosca y comenzaron los movimientos constantes de diferentes sectores dentro de los dos grandes frentes que disputan la mayor porción del electorado nacional, provincial y municipal. Dos mitades tan claramente marcadas como diferentes.  

Los números no cambiarían demasiado en un escenario donde solo dos partidos políticos o coaliciones están, a la fecha, en condiciones de perforar el piso electoral que posibilite el pase a una banca como concejal por cuatro años. 

Cabe destacar que solo el massismo-meonismo ocupó la tercera vía y tanto en el 2015, como en el 2017 llegaron al piso los tres espacios.

PUJA OFICIALISTA

En Junín, el Concejo Deliberante conducido por el petrequismo, maneja cada ordenanza que envía el jefe comunal de JxC (Pablo Petrecca) y eso da porque ante la paridad de 10 bancas por lado, el presidente (Gabriel D´Andrea) define cada debate. 

Ahora bien. En el oficialismo, a Juntos por el Cambio se le vence el mandato a Cristina Cavallo por la UCR, los Pro puros Melina Fiel y Juan Tolosa Rossini, Marcelo García, vinculado al espacio de Joaquín De la Torre y a Manuel Llovet, Coalición Cívica. 

Todo indicaría que el alcalde respetaría los lugares de sus socios y más allá de los nombres la ecuación lógica seria 2 o 3 lugares para el Pro, uno para la UCR y C.Cívica, mirando además lo que ocurra con Vecinos Unidos, el armado provincial del presidente de bloque de senadores de JxC, Roberto Costa, que en Junín tiene a José Cornago. 

ORDENAMIENTO OPOSITOR

El dilema mayor viene por la vereda de enfrente, por el campamento peronista, más precisamente el frente de TODOS. Allí, el escenario es más complejo. 

Tras el deceso de uno de los dirigentes más importantes en términos político que tuvo Junín desde la vuelta de la democracia (en referencia a Mario Meoni), el Frente Renovador tendrá la tarea de seguir siendo preponderante en el FdT de Junín y la zona como lo venía haciendo el ex intendente local. 

Es evidente que, sin él, no es lo mismo, pero el massismo se encargará de seguir con el protagonismo político local. 

De los cinco que se vencen sus mandatos, dos representan al sector del senador Gustavo Traverso (tal es el caso de José Luis Bruzzone y Victoria Muffarotto), dos por el massismo (Maximiliano Berestein y Natalia Donati) y un quinto puesto para una aliada del meonismo más vinculada al PJ bonaerense, como lo es Maia Leiva.

Tanto Traverso como Arata son los dirigentes que encabezan sus espacios en el plano local y la representación en el Concejo será un trabajo duro de cara al cierre de lista. Duro y complejo porque el espacio de La Cámpora, liderado por Andrés Merani, actual director de Relaciones Gubernamentales de la Cámara de Diputados bonaerense, viene ganando terreno silenciosamente, sin pausa, sabiendo que el recambio generacional es una carta que tiene a su favor. 

La Cámpora domina varios puestos claves en el organigrama del estado nacional y provincial como ANSES o PAMI, entre los de mayor “juego político” o Región Sanitaria III, la dirección del Hospital Interzonal, IOMA, etc, aunque le falta representación política en el Concejo. 

La falta de una figura en ese ámbito, si bien no es determinante que lo sea, podría ayudar a la agrupación juvenil kirchnerista, si así lo decidiera, de poder instalar un candidato para 2023, con chances de pelear una eventual primaria y ganarla para quedarse con la representación opositora. 

No es novedad que el 2021 es importante, pero lo que verdaderamente, siempre, importa más es la elección Ejecutiva, la de 2023, donde el peronismo sueña con romper el “maleficio” de no poder llegar al poder desde la década del 70.