El desmantelamiento del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) en el noroeste de la provincia de Buenos Aires es un tema sensible que ha generado preocupación en diversas comunidades rurales, sectores productivos y ámbitos académicos de la región. Este proceso, en el que se perciben reducciones de personal, recursos y capacidades operativas, podría impactar de manera significativa en la investigación, la asistencia técnica y el desarrollo rural en una zona clave para la producción agrícola del país.

Impacto en el noroeste bonaerense

El noroeste de Buenos Aires es una región de alto valor estratégico para la producción agropecuaria, con un gran aporte a las economías regionales y al mercado exportador. El INTA ha sido históricamente un actor clave en Investigación aplicada, Desarrollo de tecnologías para mejorar la productividad y sostenibilidad de los sistemas agropecuarios, Transferencia de conocimiento en asistencia técnica a pequeños y medianos productores para implementar buenas prácticas agrícolas y apoyo al desarrollo rural con generación de estrategias para fortalecer la economía de comunidades rurales y fomentar la inclusión social.

La reducción de la presencia y las capacidades del INTA en esta región podría generar un vacío en estas áreas fundamentales, afectando tanto a productores como a la competitividad agrícola de la zona.

Reacciones locales

El proceso ha despertado alarmas entre productores agropecuarios, que dependen del asesoramiento del INTA para optimizar sus procesos, comunidades rurales, que ven al instituto como un aliado en el desarrollo social y económico e instituciones académicas y científicas, preocupadas por la pérdida de capacidad investigativa y transferencia tecnológica.

"El INTA es un instituto de investigación de vanguardia en el desarrollo agro-tecnológico mundial, que está junto al productor y sus necesidades asistiendo a los sectores sociales que merecen atención. De este modo, proyecta sus acciones para alcanzar competitividad, sostenibilidad social y económica con sentido nacional", dijo hace unos meses la diputada de Alberti, Silvina Vaccarezza.

Además del INTA, la dirigente del monozonismo afirma que las amenazas de despidos se extienden al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), al Instituto Nacional Yerba Mate (INYM) y al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), todos organismos clave para el desarrollo de la producción de nuestro país.

"Lamento que quienes están a cargo de tomar las máximas decisiones en estas áreas no hayan podido (o querido) conocer de primera mano el aporte del INTA a los productores, así como tampoco el de los restantes organismos vinculados al sector" agregó.