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Lincoln: sin respuestas por el cierre de la planta láctea
Se realizó una audiencia en el Ministerio de Trabajo, convocada para intentar encontrar una salida al conflicto. Asistieron representantes del gremio, trabajadores y el intendente Salvador Serenal, aunque ningún representante de la empresa involucrada se presentó.
La planta láctea ubicada en Arenaza, partido de Lincoln, atraviesa un momento crítico. La empresa ha paralizado por completo sus actividades, dejando en situación de incertidumbre a más de 170 trabajadores y sus familias. La denuncia fue realizada por Luciano Asad, delegado gremial de ATILRA, quien advirtió: “El vaciamiento es total. No hay insumos, los servicios eléctricos están cortados y la planta está completamente detenida”.
En medio de esta situación, se realizó una audiencia en el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, convocada para intentar encontrar una salida al conflicto. Allí asistieron representantes del gremio, trabajadores y el intendente de Lincoln, Salvador Serenal, aunque ningún representante de la empresa involucrada se presentó.
“Fui invitado por el gremio y por los trabajadores a una reunión en La Plata, en el ministerio de Trabajo. La empresa Arsa, que era la administradora, y la dueña del inmueble fueron notificadas, pero no asistieron”, expresó Serenal, visiblemente molesto. El jefe comunal consideró “vergonzosa” la actitud de las empresas: “Tienen que al menos ir a dar la cara, porque han devastado esta empresa y dejado sin trabajo a más de 200 familias, lo que es muy preocupante”.
Ante el abandono de parte empresarial, en la audiencia se resolvió solicitar la participación del síndico de la causa judicial que atraviesa la firma, actualmente en concurso de acreedores. Serenal señaló que el objetivo es evitar que se llegue a una quiebra y comprender la situación jurídica exacta de la compañía. “Desde el Ministerio se convocará a la síndica para que nos explique y podamos poner sobre la mesa el estado real de la empresa”, explicó.
Mientras tanto, los trabajadores y sus familias aguardan definiciones urgentes ante una situación que, según denuncian, ya se ha convertido en un vaciamiento empresarial.