Lo entrevistamos ayer. Jorge Abel Fernández, ex intendente por tres periodos, ahora candidato a concejal, sigue siendo un enigma fascinante. Un hombre apasionado por la política. De esos que no necesitan mirar la hora para hablar del pueblo.

Un hombre de antes. Pero cuidado: hay cosas viejas que no se oxidan. Hay dirigentes que cargan el barro, la calle, los errores, la historia... Y también el peso de haber sido marginados por el mismo peronismo al que le pusieron el cuerpo.

Jorge habla con sinceridad. Una sinceridad que no siempre encaja en los moldes actuales de lo políticamente correcto. Pero es genuina. Y en política, la autenticidad es más rara que la lealtad.

Está bien rodeado. Tiene concejales cercanos que lo empujan, que creen en él, que lo sostienen. Y tiene una agrupación que se llama Lincoln es Futuro, aunque su cara sea el pasado. Una contradicción hermosa, como tantas en la política.

Uno se pregunta: ¿cuántos dirigentes valiosos han quedado afuera del peronismo en estos últimos años? ¿Cuántos Jorges fueron olvidados porque no encajaban en la foto del momento?

No se trata de culpas. Se trata de pensar un poco más allá de nuestras narices. De entender que a veces, para mirar al futuro, hay que recuperar algo del pasado.

Tal vez –solo tal vez– Sea momento de volver al peronismo. No por nostalgia, sino por necesidad. No para repetir, sino para corregir. No para ganar elecciones, sino para volver a representar a los que están quedando afuera.

Yo no estoy para decir quién es quién. Solo puedo decir que lo que vi fue real. Un animal político, de los que ya no abundan. Y quizás, uno de esos que el peronismo, en Lincoln y en muchos lados, no supo aprovechar.