lunes 8 de septiembre de 2025 - Edición Nº4852
Infonoroeste » Regionales » 5 Sep 2025

GRAVE DENUNCIA

“Mi papá murió esperando un marcapasos”: el dolor de una familia en Junín

Raúl Pascual Canzonetta falleció esperando un marcapasos que PAMI nunca entregó. Su hijo, Matías, denuncia desidia y burocracia.


Raúl Pascual Canzonetta, jubilado ferroviario de 76 años, falleció el 26 de agosto en el Hospital Interzonal de Junín mientras aguardaba un marcapasos que PAMI nunca entregó. Su historia, relatada por su hijo Matías en diálogo con PERFIL, desnuda la crudeza de un sistema atravesado por la burocracia, la falta de insumos y el abandono de miles de afiliados de la obra social más grande del país.

El 21 de agosto, Raúl ingresó a la guardia con una insuficiencia respiratoria y fue derivado a terapia intensiva, donde le colocaron un dispositivo artificial de urgencia. Los médicos dejaron en claro desde el primer momento que su vida dependía de la llegada del marcapasos definitivo, modelo DDDR. Al día siguiente, el pedido estaba formalmente realizado, pero la respuesta del PAMI fue lapidaria: “No hay stock”.

 

Raúl Pascual Canzonetta falleció esperando un marcapasos que PAMI nunca entregó.

Durante cinco días, Matías recorrió oficinas, realizó llamados y se reunió con autoridades del organismo en Junín. “Me dijeron: ‘No te preocupes, tu papá se va a salvar, pero el marcapasos va a llegar el viernes’. Era una promesa sin sustento, faltaba una semana para eso, mientras mi viejo se moría en terapia”, recordó. En medio de la desesperación, incluso consiguió por sus propios medios que le ofrecieran un dispositivo de una persona fallecida, aunque no pudo ser utilizado por requisitos legales y técnicos.

La familia incluso evaluó la posibilidad de comprar el marcapasos por cuenta propia para acelerar la operación. Sin embargo, se encontraron con un obstáculo insalvable: si el dispositivo no era provisto por PAMI, la obra social también se desligaba de cubrir la cirugía y todos los gastos médicos asociados. Eso implicaba afrontar un costo millonario imposible de asumir en tan poco tiempo.

“Nos explicaron que si lo comprábamos nosotros, debíamos pagar también la operación, y en algunos casos hasta corríamos el riesgo de quedar desafiliados”, contó Matías, quien finalmente desistió de esa opción al ver que la urgencia de su padre no podía esperar.

La familia recibió finalmente la autorización para retirar un marcapasos en la sede de PAMI Mataderos, en la Ciudad de Buenos Aires. “Ese mismo día vi a mi papá en terapia, ilusionado con la idea de que lo iban a poder operar. Estaba contento. Yo tenía todo listo para salir en la madrugada hacia Mataderos a buscar el dispositivo, pero a la 1 de la mañana sonó el teléfono. Ese audio con los sonidos de terapia de fondo no me lo voy a olvidar nunca”, confesó.

En medio del dolor, Matías subrayó la tarea del Hospital Interzonal Abraham Félix Piñeyro y agradeció de manera especial al equipo que acompañó a su padre hasta el último minuto: “Quiero agradecer a todo el hospital, al personal de Guardia, a los médicos terapistas, a los enfermeros de terapia intensiva y a sus directores, el Dr. Fernando Crocco y la Dra. Cristina Cerulli. Hicieron todo lo médicamente y humanamente posible por mi papá”.

La crítica, en cambio, apuntó de lleno a PAMI, un organismo que concentra más de 4,8 millones de afiliados pero que, en la práctica, deja a muchos frente a un panorama desolador. El 0800 no funciona durante el fin de semana y, cuando Matías finalmente consiguió una reunión con las autoridades locales, se encontró con directivos “muy disociados de la realidad”.

“Yo estaba desesperado porque mi padre se moría. Me quedé paralizado, shockeado y muy dolido, no sólo por la situación en sí, sino por la falta de empatía hacia el paciente y su familia ¿Qué pasa con los cientos de Raúles que no tienen hijos que puedan movilizarse rápido o contar con recursos?”, se preguntó.

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