lunes 15 de septiembre de 2025 - Edición Nº4859
Infonoroeste » Regionales » 12 Sep 2025

Opinión

“Es la política, estúpido”

Por Carlos Mansur, militante de la UCR de Junín (Provincia de Buenos Aires)


El gobierno acaba de recibir un durísimo mensaje en las urnas. El domingo pasado, en la provincia de Buenos Aires tronó el escarmiento contra el oficialismo nacional. Tal cual reconoció el propio presidente, él y todo su equipo fueron alcanzados por un voto de censura: la población eligió masivamente al kirchnerismo.

Ahora bien, ¿cuál fue el motivo de semejante caída? La respuesta es una sola: el kirchnerismo ganó no por mérito propio, sino por la falta de política y diálogo del gobierno de Javier Milei.

No es nuevo que el presidente descalifique a la política y a los políticos, como si no tuvieran un vínculo directo con la ciudadanía. Esa visión sectaria, esa idea de creerse dueño de la verdad y único merecedor de legitimidad, se acerca más a un comportamiento de psicópata social que a la conducción de un país.

El desprecio, el insulto, la descalificación y la arrogancia de creerse el centro del mundo derivaron en el trompazo electoral que la sociedad le propinó en las urnas. Milei y su gabinete se piensan más como la dirección de una multinacional que como un gobierno democrático. Su lógica es la de la motosierra: ajuste salvaje, violencia verbal y sangre por sangre.

La paradoja es evidente: quienes se jactan de querer terminar con el kirchnerismo son, en los hechos, sus mejores socios electorales. A fuerza de soberbia, el presidente ha conseguido lo que parecía imposible: resucitar al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.

Tampoco ayudaron las actitudes de Milei, que con una mezcla de pedantería y obscenidad llegó a insinuaciones vulgares en televisión sobre su propia hermana. ¿Ese es el nivel de seriedad que se espera del líder de un país?

La famosa frase que alguna vez definió una campaña norteamericana —“es la economía, estúpido”— hoy se invierte en Argentina. El problema no es económico, es político. Sí, se redujo la inflación y se aplastó el déficit fiscal, pero el gobierno creyó que eso alcanzaba. Grave error. Tener inflación baja no es una hazaña de otro planeta: ocurre en el 80% de los países del mundo. Lo que falta en Argentina es política de verdad, con diálogo y acuerdos, no insultos ni motosierra.

A eso se suma la actitud de Mauricio Macri, que decidió abrazar este experimento de la antipolítica y con ello terminó sepultando a Juntos por el Cambio y llevando al PRO a terapia intensiva. Una decisión que lo marcará para siempre.

La primera reunión de la mesa política de Milei tras la derrota fue la confirmación de que nada cambiará: cero autocrítica, cero humildad, cero construcción de consensos. La receta es la misma: insultar, profundizar en el error y dinamitar puentes.

Así las cosas, lo que se avecina es claro. Si el gobierno no cambia, si no entiende que la política es la única herramienta posible para transformar, lo que veremos en octubre será un castigo electoral aún más duro.

Y mientras tanto, Cristina Kirchner y todo el elenco del kirchnerismo deben estar celebrando en silencio: “Gracias, Javier Milei”, deben estar pensando.

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