

Durante agosto de 2025, la recaudación propia de la Provincia de Buenos Aires alcanzó los $1.209.000 millones, lo que representa una leve caída de $6.758 millones respecto del mes anterior. Según un informe de la consultora PPA al que accedió INFONOROESTE la cifra confirma una tendencia de estancamiento en los ingresos fiscales, en un contexto económico todavía inestable y con fuerte concentración en los impuestos sobre la actividad.
El Impuesto a los Ingresos Brutos volvió a ser el principal sostén de las cuentas provinciales: aportó el 77,8% del total recaudado, equivalente a $940.606 millones. En segundo lugar se ubicó el Impuesto de Sellos, con una participación del 11,4% ($138.269 millones). Entre ambos tributos, explicaron nueve de cada diez pesos que ingresaron a las arcas provinciales durante el mes.
En contraste, los impuestos patrimoniales —Inmobiliario y Automotores— tuvieron una participación cada vez más marginal dentro de la estructura tributaria. El Impuesto Inmobiliario, en todas sus variantes, representó el 5,3% del total, mientras que el de Automotores aportó apenas 2,9%.
El Fondo Provincial de Vivienda (FOPROVI), el Impuesto a la Transmisión Gratuita de Bienes y los planes de regularización de deudas completaron el cuadro, con participaciones menores al 3%.
En comparación con agosto del año pasado, la recaudación mostró un aumento nominal del 41%, frente a una inflación interanual estimada en 34%, lo que implica un crecimiento real de alrededor del 5,5%.
Sin embargo, ese repunte no alcanzó a todos los tributos por igual. Los impuestos a la transmisión gratuita de bienes (+121%) y Sellos (+83%) fueron los de mayor incremento interanual, mientras que el Inmobiliario registró una caída nominal superior al 18% en relación al mismo mes de 2024.
El contraste evidencia el deterioro de la base patrimonial como fuente de recursos y la creciente dependencia de la recaudación sobre la actividad económica, que resulta más volátil ante fluctuaciones del consumo y la producción.
Entre enero y agosto de 2025, los ingresos tributarios provinciales sumaron $9,4 billones, lo que representa una mejora real del 1,7% respecto del mismo período del año anterior.
El informe destaca que este leve repunte se explica, principalmente, por la dinámica del Impuesto de Sellos, vinculado al mayor movimiento del mercado inmobiliario. Según datos del Colegio de Escribanos, entre enero y agosto se realizaron 100.687 escrituras en la provincia, un 59,8% más que en igual lapso de 2024.
No obstante, el análisis histórico muestra una pérdida de peso de los tributos patrimoniales. En 2019 representaban el 19,2% del total recaudado, mientras que en 2025 bajaron al 10,6%.
De manera inversa, los impuestos sobre la actividad económica —Ingresos Brutos y Sellos— pasaron del 76,7% al 86,9% del total.
Esta transformación implica una mayor vulnerabilidad de las finanzas bonaerenses ante ciclos económicos adversos, ya que los ingresos dependen cada vez más del nivel de facturación y consumo.
Otro factor que incidió en la dinámica recaudatoria fue la ausencia de una nueva Ley Impositiva durante 2025.
La falta de actualización normativa afectó de manera desigual a los distintos tributos: mientras Ingresos Brutos no sufrió impacto negativo —ya que se calcula como porcentaje de la facturación nominal—, los impuestos patrimoniales se vieron erosionados por la inflación, al mantenerse fijas las escalas y valuaciones fiscales.
Esta situación generó un efecto de “licuación real” sobre los tributos al patrimonio, reduciendo su peso relativo dentro del total.
Por el contrario, el mantenimiento de los parámetros de Ingresos Brutos permitió que más contribuyentes pasaran del régimen especial al general, lo que incrementó la recaudación efectiva.
Con la recuperación de la mayoría propia en el Senado bonaerense tras las elecciones legislativas de octubre, el gobierno provincial cuenta ahora con mayor margen político para impulsar una actualización de los impuestos patrimoniales en la Ley Impositiva 2026.
Según anticipan fuentes oficiales, la propuesta incluiría ajustes por encima de la inflación prevista, con el objetivo de recomponer el equilibrio entre los distintos tributos y preservar la sostenibilidad fiscal.
De todos modos, el Ejecutivo deberá negociar con la oposición para alcanzar los dos tercios necesarios en materia de endeudamiento, lo que condiciona la estrategia fiscal y obliga a buscar consensos.
En ese marco, el leve alivio que mostró la recaudación en 2025 no modifica el diagnóstico de fondo: la estructura tributaria bonaerense continúa altamente concentrada en pocos impuestos y vulnerable ante las variaciones de la actividad económica.
El desafío para el próximo ejercicio será ampliar la base patrimonial sin afectar la recuperación productiva, y lograr un esquema más estable y progresivo de ingresos provinciales.