El presidente Javier Milei, firmó y remitió al Congreso Nacional el proyecto de reforma laboral que modifica la relación entre empresarios y trabajadores al habilitar cambios en las contrataciones, en la carga horaria, en el otorgamiento de vacaciones y en el pago de indemnizaciones, entre otras cosas.
A poco de conocerse la propuesta del oficialismo, la Confederación General del Trabajo (CGT) manifestó su rechazo por considerar que avanza sobre el derecho de los trabajadores y anunció una marcha a Plaza de Mayo para el próximo jueves 18 de diciembre.
Dentro del proyecto laboral también se incluyeron una serie de cambios tributarios y la creación de un régimen especial de inversiones para pequeñas empresas.
La iniciativa oficial habilita el recorte de horas extras ante la creación de “un banco de horas”, el pago del salario en “especie” (tickets de supermercado o vales de comida), el fraccionamiento de las vacaciones y el servicio de una indemnización en cuotas.
Los cambios propuestos no rigen para los asalariados formales ya establecidos, sino para las nuevas contrataciones, que además cuentan con un régimen especial de incentivos.
Pese a que en reiteradas oportunidades el ministro de Modernización, Federico Sturzenegger, afirmó que la propuesta “no quita derechos”, el gobierno propone derogar convenios particulares y concentrar toda la normativa en la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).