El presidente de CARBAP y productor tambero de Trenque Lauquen, Ignacio Kovarsky, trazó un balance político y productivo del año y volvió a poner en agenda la situación del interior bonaerense y pampeano, con un mensaje claro hacia la dirigencia: “El campo no es un sector privilegiado ni responsable de las crisis del país”.
Desde una mirada anclada en la Cuarta Sección, Kovarsky remarcó que 2025 fue un año “intenso y difícil” para los productores, atravesado por inundaciones, pérdidas productivas concretas y una presión impositiva creciente. En ese sentido, cuestionó con dureza la aplicación del 25% adicional al Inmobiliario Rural y advirtió que “muchas decisiones se toman desde el escritorio, sin conocer la realidad del interior”.
El titular de CARBAP —entidad que nuclea a 114 sociedades rurales de Buenos Aires y La Pampa— sostuvo que el productor es hoy “el eslabón más castigado de una economía atomizada” y reclamó políticas públicas que dejen de asfixiar al sector. “No se puede seguir cargando sobre el que produce mientras no se resuelven los problemas estructurales del país”, señaló.
Kovarsky destacó el trabajo territorial de la entidad y el diálogo sostenido con los poderes Ejecutivo y Legislativo para llevar reclamos vinculados a infraestructura rural, emergencia hídrica, seguridad y educación. Al mismo tiempo, planteó la necesidad de avanzar en debates de fondo como una reforma fiscal e impositiva, una modernización laboral que genere empleo genuino y una justicia más previsible.
En clave política, subrayó que sin crecimiento sostenido “no hay forma de salir de la pobreza estructural ni mejorar la educación y la salud”, y defendió el rol estratégico del interior productivo: “Cuando al campo le va bien, al interior le va bien; y cuando el interior se mueve, se mueve la Argentina”.
Finalmente, puso el acento en la participación y el recambio generacional, destacando el protagonismo de los jóvenes rurales y llamando a involucrarse en la defensa gremial. “No es un esfuerzo extra, es una responsabilidad colectiva”, concluyó, de cara a un 2026 que anticipó como desafiante, pero con la convicción de que la unidad y la presencia territorial siguen siendo la principal fortaleza del campo organizado.