La licencia de Manuel Mosca a la presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense, que será votada este jueves por todos los bloques, abrirá un curioso tironeo por el control del cuerpo durante la ausencia del legislador de Cambiemos, quien decidió dar un paso al costado provisorio, tras ser denunciado por acoso sexual y denunciar a su vez ser víctima de extorsión.

Mosca será reemplazado en la presidencia por Marisol Merquel, una diputada que forma parte del "bloque de los intendentes", liderado por Martín Insaurralde, quien en diciembre de 2017 fue electa vicepresidenta del cuerpo.

Tras este cambio, el kirchnerismo anunció que solicitará una auditoría de las cuentas de la Cámara, una potestad que está en manos del vicepresidente, según el reglamento interno. El encargado de hacer el pedido será Carlos "Cuto" Moreno, actual vice 1° del cuerpo, bajo el argumento de que cuando Merquel asuma la presidencia, él ocupará el segundo lugar "por el corrimiento natural de las autoridades".

El pedido, que ya generó ruido en el resto de los bloques y cosechó incluso alguna disidencia interna, será el primer chispazo de una pelea que, si se prolonga la ausencia de Mosca, promete pasar a mayores.

Es que desde Cambiemos y el peronismo dialoguista adelantaron que no avalarán la solicitud, toda vez que consideran que Moreno no estará a cargo de esa vicepresidencia. "Merquel será la vicepresidenta a cargo de la presidencia del cuerpo, de forma transitoria, no existe un corrimiento del resto de las autoridades", era el razonamiento que esgrimían esta tarde.

Los argumentos adelantan un tironeo que podría materializarse en la sesión que se votará la licencia de Mosca. Pero a su vez son síntoma de una discusión de fondo, que el oficialismo quiere postergar al menos hasta después del receso invernal (que coincide en tiempo con el cierre de listas): quién se quedará con el control de la cámara si el legislador de Cambiemos no retoma su banca, una posibilidad que casi todos dan por hecho.